San Lorenzo fue un diácono y mártir nacido en España a principios del siglo III. Una de sus principales características es la piedad y la caridad. Fue responsable de las actividades caritativas de Roma durante el papado de Sixto II. Este santo, entonces, se encargó de administrar los bienes para ayudar a los pobres, viudas y huérfanos.
Tras el edicto del emperador Valeriano es perseguido y capturado; el emperador promete dejarlo con vida si le entregaba los tesoros de la iglesia. San Lorenzo se limita a señalar a los pobres, enfermos y marginado diciendo “Estos son los verdaderos tesoros de la iglesia”. Gracias a esta respuesta fue martirizado y asesinado el 10 de Agosto. Quemado en una parrilla pasa del martirio a la gloria.